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Sentirte en casa a través del yoga

Foto del escritor: Maca Moya H Maca Moya H

Generalmente pensamos que para los niños y niñas que presentan mayores comportamientos externalizantes, tales como, impulsividad, inquietud, hiperactividad, distracción o problemas para relacionarse con los demás, las practicas como el yoga podrían no ser para ellos/as. Puede ser que sí, como también que no. Te cuento porque ..


Hace 1 año y medio, regresé a Honduras a una ONG que está al cuidado de la infancia a través de casas hogares. Estaba muy emocionada con este programa de yoga infantil que me daría la posibilidad de volver a estar ahí durante un mes, además recién había terminado mi formación de yoga y sentía esa necesidad de compartirlo. Al inicio estaba dudosa, porque no sabía si con algunas personas iba a funcionar la clase, pero me sorprendieron.

Generalmente quienes habían pasado por situaciones complejas en sus vidas, tendían a tener mayores conductas externalizantes y por ello, pensé que quizás no iban a querer hacer yoga conmigo, eso me tenía un poco nerviosa la verdad. Pero me equivoqué, las personas que más ponían de su esfuerzo para hacer las meditaciones lo mejor posible, cantar con mucho amor los mantras, seguir cada juego e incluso correr de las primeras para sentarse a mi lado, eran exactamente las personas que no pensé que lo harían. Ellas me ayudaban a llevar los mats o materiales, incluso algunas ya eran mis ayudantes número uno.

Me lleve una sorpresa.. porque podía sentir como respondían y anhelaban ese espacio, podía ver como se emocionaban con el eterno sol, podía entender que muchas veces, aunque no parezca, son quienes más agradecen los espacios de conexión con su mundo interior.


Siempre me emociona cuando el yoga toca el corazón de mis estudiantes, de algún modo también reconozco esa sensación.


También hay casos diferentes, que sucede todo lo contrario, pero, no significa que sea “ley”. Esto solo demuestra que siempre hay un reconocimiento interno consciente o inconscientemente de lo que hay en tu interior. De volver a casa y sentir que tu eres un espacio seguro para ti. Quizás para algunos/as por primera vez y para otros/as es como volver de vacaciones a ese lugar que siempre esperó por ti.


Ese mes fue el fin de una forma de vivir en mí y el comienzo de una semilla, que entrega hoy sus frutos a través de: Creserenmí.




La próxima vez que pienses que tú o tu hij@ no le gustará el yoga, permítete y permítele experimentarlo, el corazón siempre sabe lo que necesita. Si no es yoga, está perfecto, siempre hay otros caminos para sentirte en casa.


Maca | Sat Nam Kaur






 

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